viernes, 4 de diciembre de 2009

Los tres periodos de Antonio Guzmán Blanco


Los 3 períodos en los que gobernó Guzmán Blanco son conocidos como el Septenio (1870-1877), el Quinquenio (1879-1884) y el Bienio (1886-1888), aunque éste último no lo completó. Durante los 18 años que Guzmán se mantuvo en el poder, se implementaron importantes medidas orientadas a hacer de Venezuela un estado moderno.
En tal sentido, entre las principales obras de gobierno del guzmancismo figuraron: la declaratoria oficial del Gloria al Bravo Pueblo como himno nacional en 1881; la realización del II Censo Nacional; la inauguración del ferrocarril Caracas-La Guaira y la instalación de la Academia Venezolana de la Lengua en 1883. También introdujo el servicio telefónico entre Caracas-La Guaira, mejoró la red de carreteras, ferrocarriles, líneas de navegación, correos y telégrafos. Estableció el sistema métrico de pesas y medidas y fundó un servicio nacional de estadísticas. Hizo levantar mapas, censos e inventarios de la nación, y de esta manera, estableció una economía, si no floreciente, al menos estable.
Esta prosperidad fue la causa principal de la estabilidad del gobierno de Guzmán, y se debió en gran medida a los precios altos que tuvieron en aquellos años, los principales frutos de exportación, café, cacao, algodón. En aquel tiempo se comenzó a exportar caucho, dividivi y plumas de garza. Hay que mencionar también, en este balance del período de Guzmán, la reducción de la deuda interna y externa; el aumento considerable del comercio exterior y el incremento del presupuesto de gastos del gobierno, que llegó a 50 millones.
Por último, Guzmán Blanco se ocupó de sanear y estabilizar la moneda. Por Ley del 11 de mayo de 1871 estableció el fuerte o "venezolano" como moneda nacional, incorporando por primera vez la efigie del Libertador en nuestro signo monetario. Se mandó fundar una casa de moneda, "El Cuño", que funcionó entre 1886-89; y en 1879 se derogó la Ley de 1871 y se estableció como moneda nacional, el Bolívar, dividido en 100 céntimos, que se conserva hasta hoy. Además, el 27 de junio de 1870, promulgó el Decreto de Instrucción Pública, gratuita y obligatoria.
Sin embargo, sus gobiernos fueron altamente represivos. La paz de sus gobiernos las logró poco a poco, liquidando o sometiendo a sus enemigos mediante el ejercicio de una férrea dictadura siempre investida de facultades extraordinarias. Durante su gobierno no se respetaron los derechos humanos ni las libertades fundamentales. Fue un período de presos y desterrados políticos; de allanamientos, confiscaciones, contribuciones forzosas, vejámenes; torturas en las cárceles y ejecuciones. Fue también una época de corrupción administrativa y peculado.
Entre las medidas de mayor significación de su gobierno también se encuentra su obsesión con mantener al estado venezolano separado de la iglesia, que en ese entonces regia la vida nacional en diversos aspectos. En este aspecto, Guzmán Blanco suprimió los Seminarios; puso en manos de la universidad la enseñanza de las materias eclesiásticas; estableció el registro civil con lo cual se anulaban prácticamente los registros parroquiales que llevaban los curas; se prohibió celebrar bautizos, matrimonios o entierros sin la constancia de haberse cumplido antes la formalidad civil. Prohibió el pago de primicias que hacían los fieles a la Iglesia; cerró los conventos de mujeres y otras comunidades religiosas. Decretó la secularización de los cementerios y se estableció el primero de ellos en el sur de Caracas, y estableció el matrimonio civil como el legal ente la nación. Esto lo demostró él mismo casándose ante las autoridades civiles. Además, restringió el derecho de la Iglesia y del clero de poseer bienes raíces, expulsó al arzobispo de Caracas, Silvestre Guevara y Lira, y al obispo de Mérida, Hilario Bosset. Guzmán Blanco, en fin, alentó la idea de constituir un estado venezolano laico, separado de las presiones del Vaticano. Muchas de estas medidas serian derogadas o abandonadas durante los gobiernos de Rojas Paúl y Juan Vicente Gómez.
Sorpresivamente, esta eliminación o amansamiento de otros caudillos, frenó el proceso de desintegración de Venezuela, contribuyó a forjar la unidad nacional y aplacó el regionalismo. No obstante llamarse defensor de la Federación, Guzmán Blanco en la práctica acabó con toda autonomía regional, provincial o municipal. Centralizó el poder y afianzó la autocracia.
Al terminar su primer periodo, Guzmán Blanco hizo elegir para que le sucediera en la Presidencia, a uno de sus tenientes más adictos, el General Francisco Linares Alcántara, y se fue a Europa investido de un alto cargo diplomático. Pero Linares Alcántara, que había prometido continuar la política de Guzmán Blanco, decidió romper con su protector y propició desde el gobierno un movimiento anti-guzmanista. Fueron derogados los decretos dictados por los Congresos sobre honores a Guzmán Blanco y demolidas las estatuas que esos mismos congresos habían ordenado levantarle en Caracas. Este movimiento contra Guzmán Blanco, ausente en Europa, provocó el alzamiento de uno de sus partidarios, el General Gregorio Cedeño, quien a la cabeza de la llamada Revolución Reivindicadota entró en Caracas, en febrero de 1879. Pocos días después regresó Guzmán Blanco y se encargó del mando como Supremo Director.
En mayo fue elegido Presidente Provisional y en noviembre del mismo año Presidente Constitucional hasta 1884. Esta segunda etapa de gobierno de Guzmán Blanco se conoce con el nombre de "quinquenio", y durante él continuó el progreso material iniciado en el septenio y se acentuó el carácter dictatorial del guzmancismo. Al finalizar este período hizo elegir Presidente a otro de sus partidarios, el General Joaquín Crespo, quien gobernó de 1884 a 1886

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